Las redes sociales son una herramienta NTIC y como toda herramienta, no se puede catalogar como buena o mala, las bondades o debilidades solo se pueden señalar en uso que se les da, por lo demás las redes por si solas no son ni buenas ni malas. Desde esta premisa, las redes sociales nacieron con el fin de que sus usuarios entablaran relaciones virtuales con otros que posean los mismos intereses, su entorno natural es el ocio en un ambiente desprovisto de obligaciones o tareas, alejado de los formalismos y barreras del trabajo, o por lo menos esta característica la poseen las más exitosas a nivel mundial: Facebook, twitter, Whatsapp, entre otras.
Por el contrario la educación tradicional requiere un poco más de formalismo en su funcionamiento y adaptar esta nueva tecnología no siempre es sencillo sobre todo si tenemos en cuenta un ingrediente fundamental que marcará la diferencia en este proceso: la voluntad del usuario.
En este caso, el grueso de los usuarios serían los estudiantes, que en la educación básica y media, hablamos de adolescentes y pre adolescentes que por cuestiones biológicas están predeterminados por la naturaleza a combatir los formalismos; este es el punto neurálgico de esta situación, y es el hecho de adaptar las redes sociales que por naturaleza son informales, al contexto educativo, por naturaleza formal.
Esto no significa que sea imposible, pero se requiere reestructurar los planes de estudio y de aula para alcanzar una incorporación efectiva de las redes sociales como recurso NTIC al contexto educativo, en donde por ahora se ha evidenciado una marcada subutilización de estas, pues se tienen por muchos como perdedera de tiempo y recursos de entretenimiento.
Hasta el momento ha sido más el impacto neutro o negativo de las redes sociales en la educación que positivo: Copia o plagio de tareas, desmotivación, distracción o desenfoque a la hora de realizar trabajo colaborativo, matoneo entre estudiantes y también de parte de estudiantes a docentes, todo esto entonces ha contribuido a la mala fama de las redes que hoy conocemos; claro que muchas veces se han realizado grupos de trabajo por grados, favoreciendo el trabajo colaborativo y la construcción de conocimiento a través del aprovechamiento del tiempo libre, teniendo en cuenta las ventajas de estos encuentros asincrónicos que no atan a los estudiantes sino que generan flexibilidad en horarios de acceso.